Resonancias vol. 22, n° 43, julio-noviembre 2018, pp. 179.
DOI: https://doi.org/10.7764/res.2018.43.10
El 30 de septiembre de 2018 la muerte nos arrebata al Maestro Víctor Alarcón Díaz. El corazón de Chile, ese Chile que tanto amó, late fuerte al pensarlo y al llorarlo.
Alrededor de quinientas personas o más lo despidieron entonando sus voces. No es sorprendente ya que Víctor hizo cantar bajo su dirección a todo Chile. Estoy seguro de que hubiera estado muy satisfecho y orgulloso de tan emotivo (como improvisado) canto.
Fue un director, ¡tan digno de ese nombre!, pues a los que trabajábamos cerca de él, nos ofrecía dirección, sentido, legado, transmisión, trascendencia.
Recuerdo la frase de Nietzsche, donde describe que, para algunos, el pensamiento es una cárcel, pero para el filósofo es una fiesta y una embriaguez. Ciertamente para algunos músicos la música también es una cárcel. En cambio, subirse al escenario con Víctor era efectivamente una fiesta y una embriaguez.
Era sorprendente escucharlo enumerar (siempre accidentalmente) a los notables que alguna vez cantaron bajo su dirección. La lista incluye personas de todos los sectores sociales e ideológicos, desde políticos hasta profesionales de lo más disimiles, músicos clásicos y populares. Él encarnaba ese canto que aparecía para cohesionar, para juntar, para sumar, para construir.
Nunca dejó de aprender ni de instruirse, tenía la curiosidad de un niño travieso. Muchas cosas lo obnubilaban, el cine (alguna vez regentó una sala de cine en su juventud), el teatro (con mucho orgullo contaba su participación en El círculo de tiza caucasiano de Bertolt Brecht), las artes plásticas y, muy especialmente, la poesía. “Cuando solo podamos ver con el pensamiento, la cruz del sur señalará el camino del Estrecho”, escribió Rolando Cárdenas.
Esa riqueza la llevaba consigo el músico, por eso hacía interpretar a Víctor Jara o Violeta Parra (en los maravillosos arreglos de William Child que tanto le gustaban), pero también a Penderecki, Pärt, Rihm y ese Bach transformado en eterno compañero de viaje. Sibarita a todo nivel.
Sé que a su memoria no le faltará la generosidad de aquellos que como yo lo conocieron y lo admiraron. Aún queda mucho por cantar en honor y en memoria de Víctor Alarcón.
Nuñez, David. 2018. "In Memoriam Víctor Alarcón Díaz (1958-2018)". Resonancias 22 (43): 179.