Robert Stevenson, Samuel Claro Valdés e a realização do primeiro catálogo musical da Catedral de Santiago do Chile

Resonancias vol. 22, n° 43, julio-noviembre 2018, pp. 181-191.

DOI: https://doi.org/10.7764/res.2018.43.11

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Las figuras de Samuel Claro Valdés, para el caso chileno, y de Robert Stevenson, para una visión latinoamericana de conjunto, son claves para entender el inicio de la recuperación del patrimonio musical hispanoamericano colonial. Los fondos que contienen la documentación recopilada por estos dos investigadores custodian información privilegiada para conocer la forma en que los estudios sobre música colonial hispanoamericana se llevaron a cabo a partir de la segunda mitad del siglo XX. En esta oportunidad, y como parte de los resultados de una investigación financiada por el Fondo de la Música del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio,[1] daremos a conocer valiosa información con respecto a la estancia realizada por Stevenson en Chile como parte del Convenio UCLA – Universidad de Chile en 1966. Su correspondencia personal, además, nos mostrará el inicio de la fructífera relación entre el destacado musicólogo norteamericano y Claro Valdés, y las primeras aproximaciones al repertorio musical depositado en la Catedral de Santiago de Chile.

Los Fondos Samuel Claro Valdés y Robert Stevenson

Los materiales existentes en el Fondo Claro Valdés son relativamente conocidos y han sido objeto de varias investigaciones y publicaciones (Ver Peña 1998 y Vera 2014). Su archivo fue donado a la Pontificia Universidad Católica de Chile en 1997 y al presente se encuentra custodiado tanto por la Biblioteca como por el Archivo de Música Popular Chilena (AMPUC). El Fondo consta de dos cajas con veintinueve carpetas, principalmente fotocopias, en buen estado de conservación. Cuenta asimismo con varios inventarios mecanografiados, la mayor parte de ellos realizados por el propio Claro Valdés. Parte de este material se encuentra además duplicado en el Departamento de Música y Sonología de la Universidad de Chile. Cuando se hizo efectiva la donación, la colección bibliográfica fue separada de los materiales como partituras, fotocopias y transcripciones, depositándose en la Biblioteca de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

El Fondo Stevenson, en tanto, es prácticamente desconocido. En 1993 Robert Stevenson donó en vida al Real Conservatorio Superior de Música de Madrid (RCSMM) su biblioteca y archivo personal,[2] bajo la condición de que dicha donación sirviese para la creación de la cátedra “Robert Stevenson” en dicha institución para formar jóvenes musicólogos (Peláez, Tello y Romeu 2000-2002, 188). En 1999 se oficializó la entrega del legado al Estado español, y por disposición del Ministerio de Educación y Cultura de dicho país se aceptó la voluntad del donante de que el legado diera inicio a la especialización de musicólogos españoles e iberoamericanos (Fernández de la Cuesta 2012-2013, 207).

Los pocos autores que han trabajado dicho Fondo lo han hecho para rescatar la faceta de compositor de Stevenson. La realización de un catálogo de sus composiciones, tarea emprendida por Patricia Peláez, Arturo Tello y Pablo Romeu, no fue sencilla. Al respecto, los propios investigadores comentan sobre la

extraordinaria meticulosidad con la que Stevenson guardaba exhaustivamente todo el material. Ya fuesen obras publicadas, manuscritos, bocetos o legajos, todos y cada uno de los elementos conservaban su correspondiente signatura. Esto que a priori pudiera parecer una ventaja (y de hecho lo es), pronto se convirtió en una terrible y tediosa carga. La razón, no es otra que el desorden y completo caos con el que todo este cúmulo de signaturas y de obras ha llegado a la Biblioteca del Conservatorio (Peláez, Tello y Romeu 2000-2002, 189).

Según pudimos constatar, buena parte de este material continúa sin ser catalogado, y autores como Susan Campos Fonseca han trabajado prolíficamente en torno a la figura de Robert Stevenson abarcando varias facetas del investigador, pero, curiosamente, sin consultar este importante fondo (Campos 2009a; Campos 2009b; Campos 2009c; Campos 2009-2010).

Un catálogo de las obras bibliográficas que pertenecen al legado del musicólogo se encuentra disponible para consulta en la Biblioteca del RCSMM, institución que, como puede imaginarse, resguarda una de las colecciones más completas de la obra de Stevenson. Las composiciones de Stevenson son solo una parte pequeña de todo su legado, que cuenta con aproximadamente 20.000 volúmenes y más de 80.000 documentos.[3]

Nuestra investigación, por su parte, apuntó a conocer los contenidos de su archivo personal, cuya vastedad (aproximadamente 188 cajas o unidades de instalación como agrupaciones de sobres de gran tamaño) nos obligó a centrarnos principalmente en las series Correspondencia (Correspondence) y Cuadernos de Investigación (Research Notebooks). El material trabajado era realmente fascinante, pero el mayor desafío fue llegar a él debido a lo desorganizado que estaba en las cajas. La existencia de un catálogo mecanografiado –desconocido para los propios funcionarios de la Biblioteca del RCSMM hasta nuestra llegada– nos guió parcialmente por los contenidos, puesto que estaba incompleto, era disímil en sus niveles de descripción y, además, no guardaba ningún tipo de relación con la ubicación de los documentos en las cajas y estanterías. Luego de un arduo trabajo, que implicó la identificación de las series principales y la revisión caja por caja del material, logramos dar con un grupo de cartas relativas a la estadía de Stevenson en Chile, su trabajo en el Archivo de la Catedral de Santiago y su relación con Samuel Claro Valdés.[4]

Caminos que se unen: Stevenson, Claro Valdés y el Convenio UCLA - Universidad de Chile

En 1966 Robert Stevenson visitó Chile en el marco del Convenio UCLA - Universidad de Chile entre los meses de abril y octubre para realizar, entre otras actividades, un seminario de investigación sobre música colonial hispanoamericana en la Universidad de Chile, titulado “La Tarea Especial de la Musicología Interamericana”, del que participó Samuel Claro Valdés (Claro 1977, 122). Ahora bien, Stevenson no tenía una buena disposición ni grandes expectativas respecto de su viaje a Chile.[5] Aun así, quiso hacer de su estadía en el país una estancia provechosa, que a su juicio no estuvo exenta de inconvenientes y de algunas incomodidades, como lo relataba en la copiosa correspondencia que mantuvo con su madre. Sus quejas abarcaban desde lo desagradable que consideraba la ciudad de Santiago hasta la imposibilidad de tener libre acceso a un piano y a una máquina de escribir, dos elementos indispensables para él.[6] A pocas semanas de llegar, Stevenson tanteó la posibilidad de consultar el Archivo catedralicio, tal como lo había hecho siete años antes en una estadía más breve. Para ello, pidió ayuda a Earl Jones, quien al momento se desempeñaba como coordinador residente del programa Chile-California:

¿Puedo molestar a Ud. o al señor Miles con una breve nota dirigida al canónico archivero de la Catedral de Santiago, identificándome como un investigador musical que solicita permiso para leer algunos libros de Actas Capitulares del período colonial? Puede decir que estuve aquí hace siete años haciendo lo mismo. De igual manera, quisiera autorización para revisar lo que se encuentre de música en el Archivo de la Catedral. Dudo que haya nada, pero quiero asegurarme. Puede decir que mi propósito es preparar un artículo sobre la música antigua en Chile para publicarlo en inglés. También quiero revisar las actas capitulares del siglo XIX para más información sobre el compositor del himno nacional del Perú (que estuvo en Chile como maestro de capilla de la catedral por 40 años), pero dudo que las autoridades de la Catedral manifiesten entusiasmo por una investigación sobre un peruano. Su nota podría tener uno o dos párrafos, y una copia podría ir dirigida al Deán, ya que algunas veces los archiveros catedralicios lo relegan a uno diciendo que es una materia que debe decidir el Cabildo Eclesiástico entero, o el Deán [...].[7]

Como se desprende de la carta, Stevenson no tenía conocimiento de la magnitud del repertorio existente en el Archivo de la Catedral. En efecto, su interés por dicho repositorio apuntaba a conocer más sobre la figura de José Bernardo Alzedo, maestro de capilla activo en el siglo XIX.[8]

El encargado de comunicarle la noticia sobre la buena acogida de su solicitud para revisar el archivo fue nada menos que Claro Valdés:

¡Mi querido don Roberto! [...] acabamos de recibir una carta del Sr. Hernán Artigas Novoa, secretario general del Arzobispado de Santiago, en respuesta a un oficio nuestro. En sus partes pertinentes, dice lo siguiente: “Deseando complacer su petición, el señor Cardenal se ha puesto en comunicación con el Deán del Cabildo Metropolitano de la Iglesia Catedral, transmitiéndole su deseo. Su Eminencia le expresa por mi intermedio, que las autoridades de la Catedral acceden gustosos a colaborar en la obra de identificación que se propone la Facultad que Ud. preside, pudiendo, en consecuencia, el Sr. Stevenson ponerse en contacto con Mons. Sergio Valech, Rector de la Iglesia Catedral, en las oficinas del Arzobispado, para convenir concretamente la forma de acceso a los archivos”. Me interesa que Ud. lea la carta completa de la cual he extractado estos párrafos, pero en todo caso son good news! [...].[9]

Luego de algunas semanas el trabajo rendía sus frutos, y así lo comunicó Stevenson a Fernando Silva Santisteban, director de la casa de la cultura de Lima: Alzedo hacía su aparición en las actas capitulares de la Catedral de Santiago, registros consignados por Stevenson como fuentes primarias sobre los datos de la estadía del músico en Chile.[10] De igual forma, relató a Domingo Santa Cruz lo impresionado que estaba con la música encontrada en el Archivo de la Catedral:

Las últimas semanas en la Catedral han sido extraordinariamente esclarecedoras. No solo hay grandes cantidades de música, sino que el rango y la calidad son mucho mejor de lo esperado. El problema con Campderrós y Gonzales (escrito con una “s” final en los manuscritos) sigue siendo su nacionalidad. Ambos eran españoles, y no importa cuán atractivos sean sus villancicos, no estoy seguro de que los chilenos los considerarán jamás como una expresión “autóctona”.[11]

Sorprendido por la cantidad y la calidad de la música que encontró, Stevenson evidenciaba además un profundo conocimiento de la historiografía musical decimonónica y de su proyección hacia el siglo XX: no le era ajena la narrativa que negaba las herencias musicales españolas en la construcción de los discursos culturales de las repúblicas americanas (Vera 2006; 2010). Por ello se mostró consciente de lo complejo que resultaba proponer a dos compositores españoles como “chilenos”.

Aunque su trabajo avanzaba acorde lo esperado, su descontento era mayor y quería dejar Chile.[12] Si bien su intención era cumplir con las obligaciones contraídas por el Convenio UCLA - Universidad de Chile, rápidamente, y en conjunto con Domingo Santa Cruz, urdió un plan que lo sacase del país. Y fue así como su vínculo con Claro Valdés se estrechó. Como relató a su madre y a su hermano Boynton:

Al momento se encuentra en proceso un plan que me sacará de aquí el 1 de octubre […] El decano Domingo Santa Cruz se encuentra trabajando en un plan, auspiciado por mí, que implicará un tour por archivos latinoamericanos en compañía de su heredero Samuel Claro, de 30 años aproximadamente. Samuel fue becario Fulbright en la Universidad de Columbia bajo la guía de Paul Henry Lang hace dos o tres años. Desea ser musicólogo, y para aumentar su prestigio, Santa Cruz espera que me haga cargo de él y lo convierta en un experto en música antigua latinoamericana, ayudándolo a realizar algunos catálogos de archivos. Para ello, el tour de tres meses por archivos de Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, Nicaragua, Honduras, Guatemala y México que comienza en octubre se propondrá a los responsables del Convenio. Ya que un recorrido así se haría a costa de mi tiempo del Convenio sin disminuir mis ingresos, estoy dispuesto a ello. Claro es padre de cuatro hijos, tiene una hermosa esposa rubia y viene de una de las “mejores” familias de Chile. De hecho, es bastante inteligente. Empezó como pianista, se convirtió en compositor y luego en “musicólogo”. Resulta absolutamente necesario para su prestigio que haga revuelo en algún campo. Por ello el gran interés del decano Santa Cruz en que lo guíe por los archivos de Latinoamérica. Está dispuesto a separarse de él por tres meses, incluso a pesar de que Samuel hace todo por él, dirige la Facultad, etc. Santa Cruz espera que el Convenio le otorgue a Samuel un gran pago per diem, y de otras formas lograr que el viaje valga enteramente la pena para él. Estoy de acuerdo con la idea de darle a Samuel todas las ventajas financieras posibles, de hacerlo feliz. Al momento pienso que está delirantemente contento con el prospecto de este viaje gratis. Estoy muy deseoso de ayudarlo, ya que es mi intención dejar el campo de los estudios sobre Latinoamérica a otros, para dedicarme a los Estados Unidos.[13]

Curiosamente, la expedición musicológica que reveló al mundo una parte importante de las partituras catedralicias del período colonial hispanoamericano surgió como una forma de “lanzar a la fama” a Claro Valdés, siguiendo los designios de Domingo Santa Cruz, y como una estrategia de Stevenson para escapar de sus obligaciones en Chile. Stevenson no mostró inconvenientes en “apadrinar” a Claro Valdés. Es más, le pareció una buena idea teniendo en consideración que no se dedicaría por mucho tiempo más al estudio de la música colonial hispanoamericana –o al menos eso pensó en su minuto–. Aunque no nos detendremos en esta ocasión en relatar los pormenores de esta travesía,[14] es necesario mencionar que fue así como Stevenson logró acortar su estancia en Chile y aprovechar el viaje para continuar con sus propias investigaciones, pero no sin antes sistematizar su trabajo sobre la música existente en el Archivo de la Catedral de Santiago.

Estoy aquí haciendo un catálogo de la gran cantidad de excelente música...

Antes de partir en el viaje previsto a los archivos de Sudamérica en compañía de Claro Valdés, Stevenson se refirió a su trabajo en la Catedral de Santiago en diversas cartas. A Norberto Almandoz, ex-maestro de capilla de la Catedral de Sevilla, escribió en octubre de 1966 lo siguiente: “Estoy aquí haciendo un catálogo de la gran cantidad de excelente música existente en el archivo de la Catedral de Santiago de Chile. Con gran agrado he encontrado numerosas composiciones de Ud. Tan excelente compositor es Ud!”.[15] El mismo mes envió una misiva al Deán y Cabildo de la Catedral de Santiago de Chile, manifestándoles su agradecimiento y sus pareceres respecto del repertorio catedralicio:

Les agradezco profundamente la oportunidad de revisar el archivo de música de la Catedral y de estudiar la historia de la música en la Catedral. Uds. tienen un tesoro de música muy notable y dentro de poco voy a mandarles un catálogo hecho por autores en orden alfabético. Como le dije al muy eminente y erudito canónigo archivero, su tesoro merce [sic] el sumo cuidado. No solamente tienen Uds. un repertorio escogido de la mejor música sagrada europea, pero Uds. son dueños también de ediciones primorosas y valiosísimas de las grandes sinfonías de los mejores compositores clásicos. Después de formar un catálogo por autores, espero volver con suficiente tiempo disponible para la tarea de organizar su tesoro en una manera más lustrosa y vistosa. Entre tanto les pido muy fervorosamente la conservación de tanto tesoro porque costaría sumas astronómicas comprar ahora toda la excelente música que Uds. tienen. Además, la historia de la música en Chile está encerrada en su archivo, y con tales documentos sería posible fomentar gran admiración.[16]

Ambas cartas, como vemos, ponen de manifiesto que Stevenson era consciente de que lo que él estaba realizando era un catálogo de la música de la Catedral, trabajo que al parecer realizó sin la ayuda de Claro Valdés. Pero aun más reveladora es la carta que escribió a Domingo Santa Cruz en la misma fecha: “Esta semana completé mi prometido catálogo de la música en la Catedral de Santiago, y entregaré una copia a Samuel tan pronto como lo pueda ordenar alfabéticamente y mecanografiar”.[17] Stevenson, de acuerdo a lo referido por él mismo, tenía la intención de entregarle una copia de su catálogo –alfabético– a Claro Valdés. Si bien no tenemos la certeza de que lo realizase, no parece una idea descabellada, puesto que, como él mismo manifestó anteriormente, pretendía abandonar los estudios sobre Hispanoamérica y dejarles las tareas a otros.

Con el tiempo, su apertura inicial a compartir su trabajo se transformó en una apurada carrera para editar lo antes posible los catálogos que había realizado en largos años de solitario trabajo. Los contenidos de una esclarecedora carta a Edward Lowinsky, escrita en septiembre de 1970, son un reflejo de lo anterior:

La División de Música de la Pan American Union planea publicar Renaissance and Baroque Musical Sources in the Americas como una impresión offset. Por esta vez me permití ser presionado a publicar, antes de estar realmente preparado, un “catálogo” de materiales de Ciudad de México, Puebla, Oaxaca Guatemala, Bogotá, Lima, La Paz, Sucre, Santiago, Buenos Aires y Río de Janeiro. A pesar de ser conocido el hecho de que llevo dos décadas trabajando en dicho catálogo integrado, algunos recién llegados al campo han anunciado planes de anticiparse a mí con “catálogos” regionales, uno de los cuáles ya ha aparecido. En vez de perder frente a otros los frutos de mis tareas por más de dos décadas, he decidido dar el salto para el cual no estoy preparado.[18]

Stevenson, sabiendo que se le adelantarían y consciente de que el campo de la musicología histórica en Latinoamérica ya no era casi exclusivamente suyo, tomó una decisión apresurada, publicando una versión que él mismo consideró poco prolija de varios catálogos de música colonial hispanoamericana, incluyendo el de la Catedral de Santiago de Chile (Stevenson 1970), para adelantarse a Claro Valdés. Este, por su parte, haría lo propio con dicho acervo, poco tiempo después.

La relación entre ambos estudiosos, contrario a lo que pudiera pensarse, no se vio mayormente afectada por este impasse, y fue el propio Claro Valdés quien comunicaría a Stevenson de su intención de publicar el catálogo en junio de 1972:

En cuanto a catálogos, estoy a punto de terminar el de la Catedral de Santiago, después de haber microfilmado todo el archivo. Ha sido un trabajo larguísimo que espero alguien se interese en publicar, aunque hasta ahora haya obtenido el patrocinio de esta Facultad.[19]

Stevenson, en efecto, lo instó a ello, y en enero de 1974 le sugería no solo que lo publicase, sino que, de ser posible, sistematizara el catálogo de forma temática:

¡Qué maravilloso sería si tus investigaciones terminadas pudiesen publicarse! Necesitamos tu ampliamente mejorado catálogo del archivo de la Catedral de Santiago. Cometí mi cuota usual de errores que ahora debiesen estar corregidos por tu meticuloso y, de ser posible temático, catálogo.[20]

Una posible interpretación de esta última misiva es que Claro Valdés sí tuvo entre sus manos el catálogo elaborado por Stevenson y no siguió del todo la recomendación de este último, puesto que privilegió un ordenamiento alfabético por autores y, en segunda instancia, la clasificación del repertorio, posiblemente inspirado en el borrador de Stevenson.[21] En este sentido, cabe destacar la poderosa influencia que este último tuvo en la obra de Claro Valdés sobre la Catedral de Santiago, llegando al punto de corregir sus textos e incorporar adiciones a sus artículos, como se lee en la siguiente carta de Claro Valdés a Stevenson en diciembre de 1982:

He recibido el último número de su Inter-American Music Review que incluye la espléndida traducción que Ud. hizo de mi artículo sobre la música en la Catedral de Santiago, junto a las generosas colaboraciones que Ud. ha incluido tanto de informaciones que Ud. publica bajo mi nombre, como de una contribución material que excede todo posible mérito del artículo, el cual solo pretendía servir como homenaje a la ímproba labor que Ud. realiza al editar esa singular e importantísima revista. No sabe cuánto se lo agradezco [...].[22]

Para concluir, quisiéramos señalar que aunque la serie de cartas aquí presentadas son solo una muestra muy reducida de la inmensa producción epistolar de Stevenson, constituye una entrada privilegiada a los entretelones de un momento decisivo en la producción musicológica del siglo XX. Stevenson sentó las bases del modus operandi en la región al vincularse con figuras como Claro Valdés, y su legado se proyectó por mucho tiempo. Las repercusiones del trabajo del musicólogo norteamericano durante su estadía en Santiago en 1966 eran casi desconocidas hasta hoy, y el primer catálogo de la música existente en el Archivo de la Catedral de Santiago había sido atribuido exclusivamente a Claro Valdés. Sin embargo, y luego de la lectura de estas cartas, no resulta del todo evidente que así fuese. Volver sobre los pasos de musicólogos como Stevenson y Claro Valdés, creemos, resulta fundamental para esclarecer muchos aspectos de la aproximación a los repertorios musicales coloniales, materia sobre la que queda aún mucho que decir.

Bibliografía

Campos Fonseca, Susan. 2009-2010. “Robert M. Stevenson: los inicios de una musicología fronteriza”. Música (16-17): 165-188.

________. 2009a. “Robert Murrell Stevenson desde las reseñas críticas de sus contemporáneos”. Revista electrónica de musicología (XII), obtenido de http://www.rem.ufpr.br/_REM/REMv12/11/susan_campos_fonseca.htm. Acceso: 5 de julio de 2017.

________. 2009b. “El legado de Robert Murrell Stevenson en la educación española”. OpusMusica 34, obtenido de  https://www.academia.edu/424270/_El_legado_de_Robert_Murrell_Stevenson_en_la_educación_española_. Acceso: 5 de julio de 2017.

________. 2009c. “Robert Murrell Stevenson: pensamiento músico-lógico y preguntar ‘músico(etno)lógico’ en las Américas”. Boletín Música (25): 93-111.

Claro Valdés, Samuel. 1974. Catálogo del archivo musical de la Catedral de Santiago de Chile. Santiago: Editorial del Instituto de Extensión Musical.

________. 1977. “Veintinco años de labor iberoamericana del doctor Robert Stevenson”. Revista Musical Chilena 31 (139-140): 122-134.

Fernández de la Cuesta, Ismael. 2012-2013. “Robert Murrel Stevenson - 1916-2012 - In Memoriam”. Música (20): 203-210.

Izquierdo, José Manuel. 2013. El Gran Órgano de la Catedral de Santiago de Chile. Música y modernidad en una ciudad republicana (1840-1860). Santiago: Ediciones UC.

Peláez, Patricia, Arturo Tello y Pablo Romeu. 2000-2002. “Catálogo de las composiciones de Robert Stevenson”. Música (7-9): 187-253.

Peña, Carmen. 1998. “La biblioteca privada de Don Samuel Claro Valdés”. Resonancias 2: 124-126.

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Vera, Alejandro. 2006. “Musicología, historia y nacionalismo: escritos tradicionales y nuevas perspectivas sobre la música del Chile colonial”. Acta Musicológica 78 (2): 139-158.

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________. 2014. “La contribución de Samuel Claro Valdés a la investigación de la música colonial hispanoamericana: una valoración crítica a cuarenta años de su Antología”. Resonancias 19 (35): 167-176.

Fuentes documentales

Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 349048, “Carta de Stevenson a su madre y hermano, 10 de marzo de 1966”.

Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 349048, “Carta de Stevenson a su madre y hermano, 6 de abril de 1966”.

Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 370001, “Copia de carta de Stevenson a Earl Jones, 21 de abril de 1966”.

Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 349048, “Carta de Stevenson a su madre y hermano Boynton, 5 de mayo de 1966”.

Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 349048, “Carta de Stevenson a su madre y hermano, 23 de mayo de 1966”.

Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 370001, “Carta de Samuel Claro a Stevenson, 23 de mayo de 1966”.

Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 370001, “Copia de carta de Stevenson a Fernando Silva Santisteban, 28 de junio de 1966”.

Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 370001, “Copia de carta de Stevenson a Domingo Santa Cruz, 19 de julio de 1966”.

Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 344028, “Copia de carta de Stevenson a Monseñor Rafael Cuitiño Cueto, 9 de octubre de 1966”.

Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 344028, “Copia de carta de Stevenson a Domingo Santa Cruz, 9 de octubre de 1966”.

Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 344028, “Carta de Stevenson a Norberto Almandoz, octubre de 1966”.

Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 344028, “Copia de carta de Stevenson al Dean y Cabildo de la Catedral de Santiago de Chile, 10 de octubre de 1966”.

Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 293003, “Copia de carta de Stevenson a Edward Lowinsky, 10 de septiembre de 1970”.

Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 30001, “Carta de Samuel Claro a Stevenson, 21 de junio de 1972”.

Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 297002, “Copia de carta de Stevenson a Samuel Claro, 9 de enero de 1974”.

Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 30001, “Carta de Samuel Claro a Stevenson, 5 de diciembre de 1982”.

Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Research Notebooks, 258033, “Alzedo”.

 


[1] Esta publicación es uno de los resultados del proyecto de investigación “Revisión analítica de los Fondos Robert Stevenson y Samuel Claro Valdés: hacia una historia de la musicología colonial chilena y latinoamericana”, financiado por el Fondo de la Música / Investigación y Registro de la Música Nacional / Investigación, publicación y difusión, folio n° 446778, convocatoria 2018.

[2] Nuestros más sinceros agradecimientos a los encargados de la Biblioteca del RCSMM, quienes se mostraron atentos a nuestras solicitudes y facilitaron nuestro trabajo con el Fondo Stevenson.

[3] Peláez, Tello y Romeu 2000-2002, 190. Si bien 80.000 es la cifra aproximada que entregan estos autores, es muy probable que excedan fácilmente los 100.000.

[4] En este trabajo presentaremos, de corresponder, la traducción de las cartas en el cuerpo del texto y la versión original en la nota al pie. Nuestro agradecimiento al archivero Rodrigo Sandoval, del AMPUC, quien nos orientó y ayudó en esta tarea.

[5] En una carta escrita por Stevenson desde Évora, Portugal, a su madre y a su hermano Boynton, a poco tiempo de partir hacia Chile, declaraba: “The idea of that Chilean sojourn continues to bore me”. Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 349048, “Carta de Stevenson a su madre y hermano, 10 de marzo de 1966”.

[6] “I must arrange at once on arrival for a piano and a typewriter”. Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 349048, “Carta de Stevenson a su madre y hermano, 10 de marzo de 1966”. Apenas llegado a Santiago, relataba las dificultades que tenía para conseguir el citado piano, ya que estaba alojando en el Hotel España y debía ir diariamente al conservatorio a tocar, lo que no le acomodaba. Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 349048, “Carta de Stevenson a su madre y hermano, 6 de abril de 1966”. Su percepción de la ciudad, por su parte, era poco alentadora: “Santiago is the dirtiest and most disagreeable city that I have ever been in”. Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 349048, “Carta de Stevenson a su madre y hermano, 23 de mayo de 1966”.

[7] “Can I trouble you or Mr. Miles for a brief note to the Canónico Archivero at the Santiago Cathedral, identifying me as a musical researcher who wishes permission to read certain books of Actas Capitulares from the colonial period? You can say that I was here seven years ago doing the same. Also, I would like permission to see whatever music is to be found in the archive of the cathedral. I doubt that there is any, but should make sure. You can say that my purpose is preparing an article on the early music of Chile for publication in English. I also want to look at the capitular acts of the 19th century for more data on the composer of the Peruvian national anthem (here for 40 years as chapelmaster of the cathedral), but I doubt that the cathedral authorities would be enthusiastic about research on a Peruvian. Your note could be of two paragraphs only, and a copy could be made for the Dean, since sometimes cathedral archivists put one off saying that this is a matter for the entire chapter to decide, or for the dean. Miss Iriarte can call up the cathedral and get the names and polite terms that are customary in address [...]”. Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 370001, “Copia de carta de Stevenson a Earl Jones, 21 de abril de 1966”.

[8] José Manuel Izquierdo señala al respecto que, si bien Claro y Stevenson mostraron interés por este músico, sería Denise Sargent quien lo habría ubicado “en un lugar algo más definido dentro de la historia musical de Chile”. (Izquierdo 2013, 63).

[9] Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 370001, “Carta de Samuel Claro a Stevenson, 23 de mayo de 1966”.

[10] Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 370001, “Copia de carta de Stevenson a Fernando Silva Santisteban, 28 de junio de 1966”. Entre los cuadernos de investigación, en efecto encontramos uno dedicado exclusivamente al músico, donde recoge notas aparecidas en el diario El Mercurio y otras publicaciones periódicas. Ver Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Research Notebooks, 258033, “Alzedo”.

[11] “The recent weeks in the cathedral have proved extraordinarily enlightening. Not only are there great quantities of music, but the range and quality is much better than expected. The problem with Campderrós and Gonzales (spelled with final “s” in the manuscripts) remains always ther nationality. Both were Spaniards, and no matter how attractive their villancicos, I am not sure that Chileans will ever consider them an “authochthonous” expression”. Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 370001, “Copia de carta de Stevenson a Domingo Santa Cruz, 19 de julio de 1966”.

[12] Así lo planteó a su madre: “[…] I dearly wish to leave. I have a conference with Dean Carter next Friday on the subject. He is going to the California-Chile meeting the first week of June. I want him to find out if I can get out of this honorably. Not that I am failing. I am succeeding too well”. Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 349048, “Carta de Stevenson a su madre y hermano Boynton, 23 de mayo de 1966”.

[13] “In process at the moment is a scheme that will take me away from here October 1. […] Dean Domingo Santa Cruz […] is working on a scheme, fathered by me, that would involve a tour of Latin American archives, in company with his heir-apparent, Samuel Claro, aged about 30. Samuel was a Fulbrighter at Columbia University with Paul Henry Lang two or three years ago. He wishes to be a musicologist, and to jack up his prestige, Santa Cruz hopes that I will take him in hand, turn him into an expert on Latin American early music, and help him prepare a few catalogues of archives. To do so, the three-months tour of archives in Peru, Bolivia, Ecuador, Colombia, Nicaragua, Honduras, Guatemala, Mexico beginning in October is proposed to the Convenio officials. Since such a tour would be made on my Convenio time and would not diminish my income, I am agreeable. Claro is the father of four, has a beautiful blond wife, and comes from one of the “best” families in Chile. Actually, he is quite intelligent. He started out to be a pianist, turned composer, then “musicologist”. It is absolutely necessary for his prestige here that he should make some splash in some field. Therefore, Dean Santa Cruz's great interest in me shepherding him through the archives of Latin America. He is willing to part with him for the three months, even though Samuel does everything for him, runs the Faculty, et cetera. Santa Cruz hopes to get the Convenio to pay Samuel a big per diem, and in other ways to make the trip eminently worth Samuel's time. I am in accord with the idea of giving Samuel all the financial advantages possible, to make him happy. At the moment, I think he is deliriously so with the prospect of this free trip. I am perfectly willing to help him, since I wish to leave the entire field of Latin America to others, meanwhile switching to the United States”. Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 349048, “Carta de Stevenson a su madre y hermano Boynton, 5 de mayo de 1966”.

[14] Al presente nos encontramos sistematizando los datos para elaborar un texto centrado en los detalles de dicho viaje, el cual esperamos publicar en un futuro cercano.

[15] Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 344028, “Carta de Stevenson a Norberto Almandoz, octubre de 1966”.

[16] Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 344028, “Copia de carta de Stevenson al Deán y Cabildo de la Catedral de Santiago de Chile, 10 de octubre de 1966”. También se mostró complacido con Monseñor Rafael Cuitiño Cueto, canónigo archivero de la catedral de Santiago, a quien escribió agradeciéndole “profundamente la magnífica ayuda proporcionada con los libros de Acuerdos y la música”. Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 344028, “Copia de carta de Stevenson a Monseñor Rafael Cuitiño Cueto, 9 de octubre de 1966”.

[17] “This week I have completed my promised catalogue of the music in the Santiago Cathedral, and will provide Samuel a copy just as soon as I can get it alphabetized and typed”. Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 344028, “Copia de carta de Stevenson a Domingo Santa Cruz, 9 de octubre de 1966”.

[18] “Pan American Union Music Division plans to publish Renaissance and Baroque Musical Sources in the Americas as an offset printing job. Here for once I have allowed myself to be pushed, before really ready, into publishing a 'catalogue' of Mexico City, Puebla, Oaxaca, Guatemala, Bogotá, Lima, La Paz, Sucre, Santiago, Buenos Aires, and Rio de Janeiro materials. Despite the well-known fact that for two decades I have been working on such a comprehensive catalogue, some newer entrants into the field recently announced plans to anticipate me with regional 'catalogues', one of which has already appeared. Rather than lose to others the fruits of my labors over two decades, I therefore decided to take the plunge for which I am not ready”. Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 293003, “Copia de carta de Stevenson a Edward Lowinsky, 10 de septiembre de 1970”. Subrayado en el original.

[19] Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 30001, “Carta de Samuel Claro a Stevenson, 21 de junio de 1972”.

[20] “How fine it would be if your already completed researches could now appear in print! We need your vastly improved catalogue of the Santiago Cathedral archive. I made my usual quota of mistakes that should now be corrected by your painstaking and if possible thematic catalogue”. Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 297002, “Copia de carta de Stevenson a Samuel Claro, 9 de enero de 1974”.

[21] Sí existe en el prólogo del Catálogo de Claro Valdés la mención al cotejo que este realizó con el listado publicado por Stevenson en su obra Renaissance and Baroque Musical Sources in the Americas (Claro Valdés 1974, V).

[22] Biblioteca del RCSMM (Madrid), Fondo Stevenson, Correspondence 30001, “Carta de Samuel Claro a Stevenson, 5 de diciembre de 1982”. Subrayado en el original. El artículo que se menciona es “Santiago de Chile Cathedral Music in the Nineteenth Century” (Claro Valdés 1982).


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Fahrenkrog, Laura. 2018. "Robert Stevenson, Samuel Claro Valdés y la realización del primer catálogo de música de la Catedral de Santiago de Chile". Resonancias 22 (43): 181-191.

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